Mordida abierta en niños: Corrección temprana y prevención

La mordida abierta es un problema dental que puede pasar desapercibido en los primeros años de vida, pero si no se corrige a tiempo, puede afectar la calidad de vida del niño a largo plazo. Este tipo de maloclusión se caracteriza por la falta de contacto entre los dientes superiores e inferiores al cerrar la boca, dejando un espacio visible que interfiere en funciones esenciales como la masticación, el habla y el desarrollo facial.

Detectar y tratar la mordida abierta durante la infancia no solo evita problemas funcionales y estéticos, sino que también contribuye al desarrollo saludable de la mandíbula y los dientes. 

¿Qué es la mordida abierta y por qué ocurre?

La mordida abierta se presenta cuando los dientes no logran un contacto adecuado al cerrar la boca. Este problema puede manifestarse en la parte anterior de la dentadura (dientes frontales) o en la posterior (dientes traseros). Aunque puede tener una base genética, en la mayoría de los casos está influenciada por factores externos relacionados con hábitos y desarrollo.

Causas principales de la mordida abierta en niños

La mordida abierta puede deberse a una combinación de factores, y comprender sus causas es esencial para diseñar un tratamiento efectivo. Algunas de las razones más comunes incluyen:

1. Hábitos orales prolongados: Los hábitos orales repetitivos son una de las principales causas de mordida abierta en niños. Estos hábitos incluyen:

  • Uso prolongado del chupete: Aunque los chupetes son útiles durante los primeros años para calmar al bebé, su uso más allá de los 3 años puede desplazar los dientes hacia afuera y alterar el crecimiento normal de la mandíbula.
  • Succión digital: Chuparse el dedo es un hábito común en la infancia, pero si persiste después de los 2-3 años, puede ejercer presión sobre los dientes frontales y empujarlos hacia adelante.
  • Deglución atípica: Algunos niños tienen la costumbre de empujar los dientes con la lengua al tragar, lo que provoca un desplazamiento gradual de los dientes hacia afuera.

2. Problemas respiratorios crónicos: Algunos niños desarrollan mordida abierta debido a problemas respiratorios, como alergias, amígdalas agrandadas o desviaciones en el tabique nasal, que los obligan a respirar por la boca en lugar de por la nariz. Este hábito, conocido como respiración bucal, puede alterar el crecimiento normal del paladar y de la mandíbula.

3. Factores genéticos: La herencia también juega un papel importante. Si los padres o abuelos presentaron maloclusiones, es más probable que el niño desarrolle mordida abierta, incluso si no tiene hábitos orales nocivos.

4. Desarrollo óseo anómalo: Algunos niños tienen alteraciones en el crecimiento de los huesos maxilares que predisponen a la mordida abierta. Esto puede incluir un paladar estrecho o un desarrollo desigual entre la mandíbula superior e inferior.

¿Cómo identificar la mordida abierta? Las señales que no debemos ignorar

Aunque algunos padres pueden notar un espacio visible entre los dientes al cerrar la boca del niño, no siempre es tan fácil identificar la mordida abierta en sus primeras etapas. Sin embargo, hay señales que pueden alertarnos:

  • El niño no puede cerrar completamente los labios sin esfuerzo.
  • Hay un espacio visible entre los dientes, incluso cuando la boca está cerrada.
  • Problemas al masticar ciertos alimentos, especialmente los que requieren mayor presión, como carnes o vegetales crujientes.
  • Dificultad para pronunciar ciertos sonidos, como la «s» o la «z».

Por estas razones, las visitas regulares al dentista desde la infancia son cruciales para detectar y tratar el problema antes de que se agrave.

¿Qué consecuencias puede tener una mordida abierta no tratada?

La mordida abierta no solo afecta la estética dental, sino que también tiene implicaciones funcionales y emocionales.

En términos funcionales, la falta de contacto entre los dientes puede dificultar la masticación de ciertos alimentos, afectando la digestión y limitando la variedad en la dieta del niño. Además, este problema está relacionado con dificultades del habla, ya que los dientes y la lengua no están en una posición adecuada para producir ciertos sonidos.

A nivel emocional, los niños con mordida abierta pueden desarrollar inseguridades relacionadas con la apariencia de su sonrisa. La falta de confianza en su imagen puede repercutir en su autoestima, especialmente en entornos sociales o escolares.

Por otro lado, si la mordida abierta persiste hasta la adolescencia o la edad adulta, las complicaciones pueden volverse más complejas. El desarrollo facial puede verse alterado, con asimetrías notorias, y las opciones de tratamiento pueden requerir procedimientos más invasivos, como la cirugía ortognática.

Opciones de tratamiento para la mordida abierta en niños

La buena noticia es que la mordida abierta puede tratarse de manera efectiva, especialmente si se aborda durante la infancia. Detectar el problema a tiempo permite aplicar soluciones menos invasivas y con mayores posibilidades de éxito, ya que los huesos y los dientes del niño aún están en desarrollo.

El tratamiento dependerá de factores como la causa del problema, su gravedad y la edad del paciente. Las opciones más comunes incluyen una combinación de estrategias para abordar tanto las causas como las consecuencias de esta maloclusión.

Eliminación de hábitos nocivos

El primer paso para tratar la mordida abierta es eliminar los hábitos que la están causando. Esto puede incluir la succión del dedo, el uso prolongado del chupete o incluso patrones incorrectos de deglución.

Los padres juegan un papel crucial en este proceso, apoyando al niño con métodos positivos que incentiven el abandono de estos comportamientos. Por ejemplo, recompensar pequeños avances o elogiar los esfuerzos del niño puede ser muy eficaz

En casos donde estos métodos no son suficientes, el odontopediatra puede recomendar el uso de dispositivos ortodónticos que bloqueen la succión del pulgar o ayuden a reentrenar la posición de la lengua. Algunos ejemplos son:

  1. Rejillas palatinas o linguales: Son dispositivos que se colocan en el paladar y evitan que el niño pueda chuparse el dedo o empujar los dientes con la lengua. Funcionan como una barrera que rompe el hábito de forma gradual y segura.
  2. Aparatos para dejar de chuparse el dedo: Son similares a las rejillas, pero diseñados específicamente para que el niño no pueda introducir el dedo en la boca. Su objetivo es hacer incómodo continuar con este hábito sin causar molestias graves.
  3. Expansores de paladar con rejilla: Este tipo de aparato cumple una doble función. Por un lado, ensancha el paladar superior para corregir problemas de espacio, y por otro, incluye una rejilla que impide que la lengua empuje los dientes hacia adelante, un problema frecuente en niños con mordida abierta.
  4. Entrenadores orales o dispositivos funcionales: Ayudan al niño a aprender a colocar correctamente la lengua y a masticar y tragar de forma adecuada. Estos aparatos, además de corregir la mordida abierta, contribuyen al desarrollo saludable de la mandíbula y los músculos de la boca.

Abordar estos hábitos a tiempo es fundamental, ya que su persistencia no solo empeora la mordida abierta, sino que también puede complicar los tratamientos posteriores.

Ejercicios de logopedia

Cuando la mordida abierta está asociada con la deglución atípica o problemas musculares en la boca, la intervención de un logopeda puede marcar una gran diferencia. Estos profesionales trabajan para reeducar los patrones musculares, ayudando al niño a posicionar correctamente la lengua al hablar, masticar y tragar.

  • Por ejemplo, el logopeda puede enseñar al niño a realizar movimientos específicos con la lengua, como tocar distintas partes del paladar o desplazarse hacia los labios y dientes. Estos ejercicios son muy útiles para entrenar la lengua a mantenerse en una posición adecuada durante la deglución, evitando que empuje los dientes hacia adelante.
  • También se pueden incluir actividades para reforzar los músculos de los labios y las mejillas, como soplar burbujas, inflar globos o usar pajitas para beber líquidos. Estas dinámicas no solo son efectivas, sino que también resultan divertidas para el niño, facilitando su colaboración.
  • Además, el logopeda puede centrarse en mejorar la pronunciación de sonidos que suelen estar afectados por la mordida abierta, como la «s» o la «z». Mediante ejercicios de repetición y corrección, el niño aprende a articular correctamente, ganando fluidez en el habla. Este enfoque integral permite abordar tanto los problemas físicos como los de comunicación, logrando una mejora global en la calidad de vida del niño.

Es importante que estos ejercicios se realicen de manera constante y bajo la supervisión de un especialista. La colaboración entre el logopeda, los padres y el odontopediatra es clave para garantizar el éxito del tratamiento y corregir la mordida abierta de manera eficaz y sostenible.

Ortodoncia interceptiva

 es una de las soluciones más efectivas para corregir la mordida abierta. Este tipo de ortodoncia utiliza dispositivos diseñados para guiar el crecimiento de los huesos maxilares y redirigir la posición de los dientes. Por ejemplo, los expansores de paladar pueden ensanchar el maxilar superior, mejorando la alineación y favoreciendo el contacto entre los dientes superiores e inferiores. Las rejillas linguales, por su parte, evitan que la lengua empuje los dientes hacia adelante, un hábito común en los niños con deglución atípica. Estas herramientas son especialmente efectivas porque aprovechan el crecimiento natural del niño para corregir el problema antes de que se vuelva más complejo.

En niños pequeños, la ortodoncia interceptiva representa una de las opciones más efectivas y menos invasivas para corregir problemas como la mordida abierta. Este enfoque se basa en actuar a tiempo, aprovechando el periodo de crecimiento activo del niño para guiar el desarrollo de los huesos maxilares y redirigir la posición de los dientes de forma natural. El objetivo principal es prevenir que las maloclusiones se agraven, reduciendo la necesidad de tratamientos más complejos o incluso quirúrgicos en el futuro.

Es importante entender que la ortodoncia interceptiva muchas veces complementa otro paso clave: la eliminación de hábitos nocivos. Hábitos como chuparse el dedo, el uso prolongado del chupete o deglución incorrecta son causas comunes de mordida abierta. Su eliminación, con estrategias positivas, apoyo de los padres y dispositivos ortodónticos si es necesario, previene su empeoramiento y facilita la corrección con ortodoncia interceptiva.

Dentro de esta fase de corrección, los dispositivos más comunes incluyen:

  • Expansores de paladar, que ensanchan el maxilar superior para mejorar la alineación y favorecer el contacto entre los dientes superiores e inferiores. 
  • Rejillas linguales, diseñadas para impedir que la lengua empuje los dientes hacia adelante, un hábito frecuente en niños con deglución atípica. Estos aparatos no solo corrigen la mordida abierta, sino que también contribuyen al desarrollo saludable de la mandíbula y los músculos orales.

La ortodoncia interceptiva, al trabajar directamente con el crecimiento natural del niño, permite moldear las estructuras óseas de forma efectiva y menos invasiva. Además, aborda las alteraciones en el desarrollo dental y óseo de manera preventiva, minimizando complicaciones futuras y garantizando una sonrisa funcional y equilibrada desde la infancia.

En resumen, la eliminación de hábitos nocivos es un paso inicial esencial para evitar que la mordida abierta se agrave, mientras que la ortodoncia interceptiva se encarga de guiar el desarrollo maxilofacial y corregir la posición de los dientes.

Ambos enfoques son complementarios y se combinan en un tratamiento integral, asegurando un resultado óptimo para el niño. En Junyent Smile Clinic, trabajamos con ambos aspectos para garantizar que cada niño reciba un cuidado personalizado y completo.

Brackets o alineadores

En los niños mayores, cuando los dientes permanentes ya han erupcionado, puede ser necesario recurrir a métodos más tradicionales de ortodoncia, como los brackets o los alineadores invisibles. Estos tratamientos se centran en mover los dientes a sus posiciones correctas y alinear la mordida.

  • Los brackets metálicos, cerámicos o linguales son opciones habituales, dependiendo de las necesidades estéticas y funcionales del niño.
  • Los alineadores invisibles, como Invisalign, también son una alternativa cómoda y discreta que permite a los niños realizar actividades diarias sin grandes inconvenientes.

Aunque estos métodos requieren un mayor compromiso en términos de tiempo y cuidado, son altamente efectivos para corregir mordidas abiertas asociadas con maloclusiones complejas.

Cirugía ortognática (solo en casos graves)

La cirugía ortognática es un procedimiento reservado para casos graves de mordida abierta que persisten en la adolescencia o adultez debido a alteraciones significativas en el crecimiento óseo. Este tratamiento quirúrgico corrige el desalineamiento de los maxilares, mejorando tanto la función como la estética facial.

El proceso incluye:

  • Reposicionamiento de los maxilares: Se ajustan uno o ambos maxilares para lograr una correcta alineación y cierre de la mordida.
  • Beneficios funcionales y estéticos: Mejora la masticación, el habla y la respiración, además de equilibrar las proporciones faciales.
  • Combinación con ortodoncia: La cirugía suele complementarse con brackets antes y después del procedimiento para alinear los dientes con la nueva estructura ósea.

Aunque puede parecer invasiva, es una solución definitiva para problemas graves que impactan significativamente la calidad de vida. Sin embargo, se considera un último recurso cuando otros tratamientos no han sido efectivos.

La importancia de la prevención con tu dentista en Manresa

Prevenir la mordida abierta es mucho más sencillo que corregirla, especialmente cuando se identifican los factores de riesgo desde una edad temprana. Promover buenos hábitos desde la infancia es esencial para prevenir problemas futuros.

También es importante fomentar la respiración nasal, ya que la respiración bucal puede contribuir al desarrollo de la mordida abierta. Si el niño presenta dificultades para respirar por la nariz, es recomendable consultar con un especialista para tratar posibles problemas como alergias, amígdalas agrandadas o desviaciones del tabique nasal.

Las visitas regulares al dentista son fundamentales. Un odontopediatra puede detectar problemas en su etapa inicial y proponer soluciones adaptadas a las necesidades del niño. Además, educar a los pequeños sobre la importancia de una correcta higiene bucal y una dieta equilibrada contribuye al desarrollo saludable de sus dientes y mandíbula.

En Junyent Smile Clinic, somos expertos en el cuidado dental infantil y comprendemos las particularidades de la mordida abierta en los más pequeños. Nuestro enfoque se basa en la personalización de cada tratamiento, considerando tanto las necesidades clínicas como emocionales del niño. 

Si tienes inquietudes sobre la mordida abierta de tu hijo, te invitamos a visitarnos para una evaluación completa. Queremos ayudarte a construir una sonrisa saludable y funcional que acompañe a tu hijo toda la vida.